Viajes

18 días

Hoy faltan exactamente 18 días para iniciar mi viaje a Europa. O al menos a una parte de ella, la que me "llama" desde hace tanto tiempo. 
Hoy faltan sólo 18 días después de haber estado casi dos años planificando seriamente hacer este viaje, ahorrándolo todo, leyendo sobre las costumbres y la comida húngara (que tanto me recuerdan a mi tía María), sobre la majestuosa y cultural Viena, leyendo a Kafka y Kundera e imaginándome caminar por esas calles sombrías y misteriosas de Praga o admirarla desde el monte Petřín mientras me siento un poquito como Teresa en "La Insportable Levedad del Ser" y fantaseo que estoy dentro de un sueño en donde puedo ser ejecutada por unos soldados.

Me he atrevido, incluso, a inscribirme en un curso de alemán (idioma al que ya le he tomado tanto cariño!) tan solo para poder comunicarme con aquellos que en mi familia no hablan inglés. Solo húngaro y alemán. Y quien podría atreverse con el idioma húngaro si tal como reza la leyenda, es aquel que sólo el diablo respeta?

Hoy, a tan sólo 18 días de mi viaje creo que llegaré a casa de mi tía Elli cerca del lago Balatón en Hungría, o a la de mis primos en Austria y sólo seré capaz de pronunciar palabras como "Hallo", "Danke", o "Guten morgen" sin un diccionario en la mano. Ya no tengo tiempo de planificar ni de ensayar diálogos. Me siento como si estuviese en el ojo del huracán. El trabajo es agoviante, los tiempos no son suficientes para nada, corro de aquí para allá entre preparativos, reuniones de trabajo, clases de alemán....y puff!!! Faltan sólo 18 días.

Hace un par de noches el dueño del apartamento que había arrendado en Berlín canceló mi reserva por problemas personales (parece que el apartamento está inundado y los obreros se disponen a arreglar las cañerías durante dos meses!) y no pude casi dormir esa noche pensando en qué iba a suceder con mi dinero ya pagado por ese alojamiento. Afortunadamente, al día siguiente, había recibido un mail de la web que administra estos arrendamientos, www.airbnb.com, anunciándome que habían acreditado mi pago en mi cuenta para poder elegir otro lugar donde hospedarme. Y en mi afán por no dejar el techo librado al azar (cosa que aún no he logrado hacer en todos estos años de viajes) me dispuse a buscar mi nuevo "hogar" en Berlín. Las monedas cayeron sobre uno que está ubicado muy cerca del anterior, a pocas cuadras de Alexander Platz. Muy vintage, por cierto. Alguien me dijo: pero si no vas a estar en todo el día! El ambiente es lo de menos. Pero no me convenció. Se que probablemente estaré allí tres o cuatro horas al día (descontando las horas en las que estaré dormida), pero tengo muchas ganas de que mi "hogar", en cada parte del mundo, me haga sentir eso, que estoy a gusto, que me diga cosas, que sea algo más que cuatro paredes con una cama donde llegar a descansar. 

Esta vez no viajo sola. Viajo con dos amigos que son casi como hermanos, Enrique y Antonio, que viven en México.  Y esos lugares en el que amaneceremos cada día, y en el que pasaremos largas horas de charla por las noches, fueron escogidos con el olfato de que "aquí nos sentiremos felices". 

Mi nueva valija me mira desde un rincón, como esperando el momento.
Me desprendo esta vez de mi mochila que ha sido una gran compañera en tantas rutas. Esta vez el viaje es más largo. Esta vez, quizás, ya estoy muy cansada de cargar todo el peso sobre mis hombros. Esta vez quiero alivianar. No habrán caminos polvorientos, ni ciudades a 5000 metros de altura sobre el mar, no habrán habitaciones compartidas con seis u ocho desconcidos por conocer, no habrán valles ni montañas que escalar, no habrá soroche.

Y qué habrá?. Quién sabe! Este es un viaje distinto. Es un viaje a las raíces, un viaje que si tal vez no existiera esa familia que está esperando por mi, nunca hubiese hecho o hubiese hecho más adelante. 

Esta noche, mientras escribo y observo Montevideo por la ventana, dormida y apacible, me pregunto qué sentiré al mirarla luego de haber cruzado el gran charco, si el deslumbramiento por el primer mundo me permitirá seguir mirándola con los mismos ojos enamorados. Y ruego que así sea. Porque no hay como esa sensación de cosquilleo previo al viaje, como esa inocencia con la que se mira todo lo desconocido, como el recorrer nuevos caminos,  gente y olores diferentes, abrir los ojos al mundo. Pero tampoco hay sensación parecida a la de regresar y sentir que éste es tu verdadero hogar, por muchas maravillas que puedan desfilar ante tus ojos.

Quién sabe que será de mi después de este viaje! Pero algo es completamente seguro: nada es igual después de haber partido. Y qué bueno!


4 comentarios:

  1. ¡18 días!! Bueno, hoy ya serían 16… si es que no calculo mal. Y debo imaginar las mariposas en el estomago, la ingravidez, los nervios, la alegría, la expectativa. Tantos cambios, lugares nuevos, nada parecido a los que has visto o por donde has viajado, lenguas diametralmente distintas, gente que es tu familia pero a quien nunca viste. Se cierra el círculo abierto hace años por las poderosas y arrasadoras fuerzas de la historia y se abre uno nuevo. Añadirás agente a tu corazón, paisajes a tu mirada, sensaciones a tu memoria… Oh, le dulce y terrorífica sensación del viajero a punto de empezar la ruta… como estar contemplando el más hermoso de los abismos a punto de lanzarse… Querida Patty, estoy feliz, feliz, feliz por ti… en algo de 2 semanas acabarán los sueños y planes iniciados hace 2 años y comenzarán nuevos planes, nuevos mundos, nuevos sentimientos. Muy pocas cosas pueden proveer tantas cosas tan distintas en tan poco tiempo… el viaje es uno de ellos. Te deseo lo mejor, lo inmensamente mejor. Sé feliz, que si eres feliz los que deseamos tú felicidad también lo seremos… Y como el gran Kavafis dijo.. “Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca debes rogar que el viaje sea largo, lleno de peripecias, lleno de experiencias….” Mucha suerte en este viaje a tu Itaca particular… Tu amigo de siempre.

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  2. Querido amigo, qué placer leerte nuevamente por aquí!! Tus palabras son siempre alentadoras, justas, emotivas....
    Como viajero incansable, creo que te haces muy bien la idea de cómo me siento hoy. Dulce y terrorífica sensación! (es imposible describirla mejor que como tú lo has hecho). Esa mezcla de alegría, ansiedad y un poquitín de miedo al sentirse una tan pequeñita, dando el gran salto hacia el otro continente, lidiar con los super aeropuertos, llegar a una ciudad en donde ese idioma es indescifrable, comenzar a recorrer las calles de Budapest e imaginar a tu abuelo recorriendo las mismas calles pero hace casi cien años atrás...puff..se siente una presión en el pecho indescriptible...Conociéndome, creo que lloraré la mitad de mi viaje jaja
    Ayer, otra de mis primas húngaras ha hecho contacto conmigo. Hoy tenía en mi correo una foto de la familia entera, que está esperándome ansiosamente en Buda para conocerme y para mostrarme como son, como viven...quienes son. Aquí, en Uruguay, mi familia es pequeñisima! Y yo siempre fui de las que dije: somos tres gatos locos!! Y de pronto, descubro que más allá del Atlántico hay una familia gigantesca que lleva mi sangre, mi apellido y que nada se de ellos o lo poco que se, lo he conocido desde hace dos años atrás.

    Hoy siento que finalmente se han de unir los lazos. Que el tiempo quedó detenido durante 20 años (desde que se fue mi tía María..)en un mar de incógnitas sin que nadie diera el primer paso hacia el otro, todos sabiendo de nuestra existencia, pero nadie realmente entusiasmado con la idea de reconstruir esos lazos que quedaron dormidos en montones de cartas, en un cajón. Y así me siento hoy. El nexo. El paso dado. La inquietud. Las respuestas que no admitían más demora. El amor filial a pesar de la distancia y el desconocimiento. El afán por que las historias no queden nunca truncas, que tengan un sentido y hasta una recompensa.

    Sea donde sea que estemos, hay lazos invisibles que nos unen a los otros. A la familia, a los amigos, a los que aún resta por conocer. Pese a la distancia, amigo, te siento muy presente y es una alegría enorme para mi. No hay fronteras que nos detengan, y qué bueno!! Te mando un abrazo enorme y gracias por ser cómplice de esta nueva aventura!!

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  3. Ya queda menos!!! es increible como paso el tiempo de rapido..

    a disfrutar de tu sueño amiga!!!! pero en algun que otro tiempo espero leerte por aca..

    Abrazote.. Vivi

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